jueves, 31 de julio de 2008

¡Madre, empieza tu mes!


Tras la larga espera de dias calurosos e interminables contemplando tu bella estampa ,se acerca el mes de agosto otro año mas, las visperas de lo que serán unas jornadas dedicadas a Tí Reina de los Cielos hacen que tus devotos deseen que no se acabe este glorioso mes de tu Asunción Gloriosa ,el esfuerzo de dias interminables buscando telas, velas, flores y banderitas hoy hacen que merezca la pena haber trabajado para verte Reinar como lo que eres la Madre de Dios del Cielo.Hoy los Ángeles están mas contentos que nunca ,lanzan flores y tu Hijo en tu regazo está mas feliz que nunca, porque el Realejo y las Vistillas se visten de gala para comenzar tu mes.







ADORADORES ADOREMOS AL

SANTÍSIMO SACRAMENTO
DEL ALTAR







Jubileo de la Porciúncula

Circulará en este monásterio desde las doce del día uno y durante todo el dia dos,
mañana por la mañana la iglesia monacal estará abierta para el jubileo...

En julio de 1216, Francisco pidió en Perusa a Honorio III que todo el que, contrito y confesado, entrara en la iglesita de la Porciúncula, ganara gratuitamente una indulgencia plenaria, como la ganaban quienes se enrolaban en las Cruzadas, y otros que sostenían con sus ofrendas las iniciativas de la Iglesia. De ahí el nombre de Indulgencia de la Porciúncula, Perdón Asís, Indulgencia o Perdón de las rosas (por el prodigio que medió en su confirmación según alguna tradición tardía) u otros parecidos.
Más allá de las controversias históricas acerca de los orígenes y circunstancias de la concesión de la Indulgencia, lo cierto es que la Iglesia ha seguido, hasta nuestros días, otorgando y ampliando esa gracia extraordinaria. En la actualidad, esta Indulgencia puede lucrarse no sólo en Santa María de los Ángeles o la Porciúncula, sino en todas las iglesias franciscanas, y también en las iglesias catedral y parroquial, una sola vez, con las siguientes condiciones: 1) visitar una de las iglesias mencionadas, rezando la oración del Señor y el Símbolo de la fe (Padrenuestro y Credo); 2) confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa, por ejemplo, un Padrenuestro con Avemaría y Gloria; estas condiciones pueden cumplirse unos días antes o después, pero conviene que la comunión y la oración por el Papa se realicen en el día en que se gana la Indulgencia.




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